jueves, 22 de julio de 2010

NUEVA UNIDAD RESIDENCIAL EN TOLOSA

Antes de nada debo pedir disculpas a los seguidores de este blog por la sequía de "post" que ha habido durante este mes. Lo más fácil sería pensar que hemos estado de vacaciones; pero, nada más lejos de la realidad. Lo que nos ha tenido un tanto parados han sido las dificultades que tenemos para hacer accesibles, desde los ordenadores de Osakidetza, algunos de los contenidos que pueden resultar de interés para el blog (vídeos, presentaciones, texto, etc), tal y como habréis podido comprobar con nuestra última entrada "El futuro ya está aquí" que ha venido a demostrar que, por el momento, el futuro aún viene un poco lento...

Y aunque esto, pese a las horas invertidas, no lo tenemos aún resuelto, creo que va siendo hora de publicar algo nuevo de información en torno al tema que nos une: la atención a la salud de las personas con enfermedad mental. Por eso nos ha parecido interesante traer aquí un tema de gran importancia para estas personas y sus familias: las alternativas residenciales existentes en la provincia de Gipuzkoa.

Como bien sabéis, en el año 2005 se completó el mapa de servicios en salud mental de nuestra Comunidad Autónoma en base a un instrumento estandarizado que recogía las diferentes tipologías de centros existentes en cada Territorio Histórico. El instrumento en cuestión era el ESMS (European Service Mapping Schedule), validado y estandarizado por el grupo de Luis Salvador Carulla en el año 2000.

Aunque era un tema bien conocido por los trabajadores de la salud mental en nuestro Territorio, el ESMS tuvo la capacidad de "poner números" a nuestra intuición corroborando que las tasas de plazas residenciales no hospitalarias en Gipuzkoa eran similares a las existentes en Araba (pese a tener el doble de población) y un tercio de las existentes en Bizkaia (pese a tener la mitad de la población); o sea, realmente insuficientes. Claramente, por tanto, se objetivaba un déficit en este área que debía trabajarse en el ámbito sociosanitario.

Y así se hizo. Se presentó el informe en dicho ámbito, se constituyó un grupo de trabajo interinstitucional para definir los tipos de estructuras necesarias según tipología de pacientes y se generó un documento de consenso que provocó el impulso inicial para que la Diputación, con sus responsables actuales, abordase este tema. Como consecuencia, se abrió una primera unidad residencial para personas con enfermedad mental grave en Donostia, en una zona del centro sociosanitario que Cruz Roja tiene en la calle Matía, y está próxima a abrirse una segunda unidad residencial en el nuevo Centro Residencial de personas mayores que se está construyendo en Tolosa junto a los Juzgados y el ambulatorio de especialidades.

Esta nueva unidad dará cabida a 24 personas con enfermedad mental grave en fase de reinserción, en habitaciones individuales en la mayoría de los casos, con grandes zonas de espacios comunes y con la característica esencial, en ambos casos, de ser edificios plenamente integrados en los cascos urbanos permitiendo una inclusión real del paciente en su medio natural y dando así un paso más en el desarrollo del modelo comunitario de atención a  la enfermedad mental.

La apertura del Centro tendrá lugar tras el verano y ya se está trabajando, tanto desde la red extrahospitalaria como desde la hospitalaria, en conjunción con la Diputación Foral de Gipuzkoa,  en la selección de las personas que ocuparán estas plazas.

Creo que es una buena noticia por la que debemos felicitarnos todos y, especialmente, a la Diputación Foral de Gipuzkoa por el empeño demostrado en incrementar la red de recursos, residenciales y de actividades de día, para personas con enfermedad mental.